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SALMO 67,6 La tierra ha dado su fruto Dios, nuestro señor nos bendice
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TRISTEZA
TRISTEZA
Lectura del día: Mateo 5:1-12
Enseñanzas del sermón del monte
Cierto día, al ver que las multitudes se reunían, Jesús subió a la ladera de la montaña y se sentó. Sus discípulos se juntaron a su alrededor, y él comenzó a enseñarles. Mateo 5:1-2 (NTV)
Entre los estudiosos de la Biblia hay discusión en cuanto considerar al Sermón de la montaña como un solo mensaje o como un resumen de muchas enseñanzas de Jesús. Si creyéramos lo segundo, tendríamos que decir que fue Mateo el que organizó el discurso al transcribirlo con sus propias aportaciones. Tenemos más evidencia de que con un propósito bien determinado es nuestro Señor el que nos compartió este maravilloso mensaje. Mateo nos comenta que nuestro Señor quiso subir al monte solo con sus discípulos y alejarse un poco del grupo mayor de seguidores.
Las enseñanzas en esta ocasión son presentadas como un manual de conducta para los ciudadanos del reino de los cielos. En arameo, hay una expresión que originalmente era “¡Qué feliz es…!”, se traduce en nuestra Biblia como Bienaventurado. Esta palabra expresa el gozo que una persona puede tener por ser quien es, una alegría que nace desde su interior, plena y suficiente para ser feliz. Sería equivalente a decir: “¡qué feliz es ser cristiano!”. Las bienaventuranzas nos hablan de ese gozo que sale a nuestro encuentro aún en medio del dolor; aquel gozo que no pueden manchar ni el sufrimiento ni la tristeza ni el desamparo, ni la pérdida de algo o alguien que queremos mucho. Es el gozo que brilla a través de las lágrimas y que nada, ni en la vida ni en la muerte, puede arrebatar. El cristiano posee ese gozo sereno e intocable que proviene de andar siempre en la compañía de Jesús y estar siempre en su presencia.
Oremos. “Padre Celestial: Te bendecimos por darnos el gozo de Tu presencia en nuestro corazón y por enseñarnos los secretos para ser bienaventurados. Sabemos que la felicidad no depende de qué o cuánto tenemos, sino de conocerte, obedecerte y cumplir con el propósito que tienes para nosotros. Gracias en el nombre de tu hijo amado Jesucristo. Amén.”
Hay miles de razones para darle gracias a Dios. Por lo que hizo, por lo que está haciendo y por lo que va a hacer en ti.
Lectura del día: Romanos 12:1-8
Misericordia con alegría
El que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. Romanos 12:8
En la primera parte de la epístola a los Romanos encontramos lo que Dios ha hecho en favor de nosotros por su gracia. Diríamos que esta es la parte doctrinal. A partir del capítulo 12, el apóstol Pablo comienza una sección práctica de la vida cristiana. Todo lo que el Señor hace es la base para nuestra conducta, para nuestro comportamiento cotidiano. La frase de transición o de cambio en lo expuesto en los primeros once capítulos es, “Así que, hermanos…” La súplica o el ruego del apóstol se fundamenta en las misericordias de Dios, en su clemencia, en su compasión. Y la petición específica es a presentar nuestras vidas como una entrega total, como una ofrenda viva, en contraste con las ofrendas del sistema levítico que eran muertas. Un sacrificio voluntario, limpio, santo, agradable a Dios y razonado.
Siendo criaturas de un Dios misericordioso que nos comparte su naturaleza, se espera que aprendamos a ser nosotros también misericordiosos. En la lista de dones que nuestro Señor imparte a sus hijos están el de exhortación, de consolar, de dar ánimo, el de repartir, el de presidir, gobernar, dirigir y cuando se nos habla del don de la misericordia, que puede traducirse como ser un rayo de luz a un alma triste, ensombrecida, afligida, angustiada, enferma o en la confusión o duda, se nos dice que lo hagamos con alegría. Que importante es desarrollar o llevar a cabo actos de misericordia, con el propósito de disipar la tristeza, quitar el desaliento, infundir esperanza, poner ánimo en el corazón del que está abatido.
Pidamos a nuestro Dios que nos conceda esta semana hacer algo en favor de alguien, pero que lo hagamos con alegría, no como un compromiso o sintiéndolo como una obligación. Que disfrutemos tocar la vida de otras personas y bendecirlas con nuestras palabras, con nuestras actitudes, con nuestro entusiasmo, con los recursos que Dios nos da. Recordemos que los dones los recibimos para servir a los demás. Con alegría serán una bendición también para nosotros.
El hombre puede expulsar a la compasión de su corazón, pero Dios nunca lo hará.
DUELO
DUELO
La Santa Cena
Cuando bendecimos la copa en la Mesa del Señor, ¿no participamos en la sangre de Cristo? Y, cuando partimos el pan, ¿no participamos en el cuerpo de Cristo?
1 Corintios 10:16 (NTV)
Otro de los principios de fe que tenemos en la tradición cristiana es la cena conmemorativa y de comunión instituida por nuestro Señor y Salvador Jesucristo, que es esencialmente un sacramento del Nuevo Testamento, que declara su muerte expiatoria, por cuyos méritos los creyentes tienen vida y salvación, y la promesa de todas las bendiciones espirituales en Cristo. Cada vez que nos aproximamos a la mesa del Señor y participamos de la cena, ésta se vuelve alimento para el camino, fortaleza en la debilidad, salud en la enfermedad, gracia, bendición. Nos asomamos a la “ventana de la expectación” y podemos ver con gratitud al pasado, con alegría al presente y con regocijo y esperanza al futuro. Es un recordatorio de la muerte de Jesús hasta que Él venga.
Disfrutamos de este principio de fe cuando la vemos como una fiesta de comunión, especialmente cuando recordamos que hemos puesto nuestra confianza en Cristo para salvación y con ello establecimos compañerismo con Él. Con reverencia sentimos su significado. Con amor nos ubicamos al lado de nuestros hermanos y hermanas en la fe, viviendo esa especial confraternidad entre nosotros y entre nosotros y nuestro Señor. Es en la mesa del Señor donde desaparecen las diferencias entre nosotros y somos uno en Cristo. No te pierdas esta celebración cada vez que se celebre en la Iglesia.
Oremos. “Bendito Padre celestial: Te damos gracias porque, considerando los méritos de tu Hijo Cristo Jesús, nos invitas con frecuencia a tu mesa. Gracias por el privilegio de cenar en la mesa del Rey de reyes y Señor de señores. Gracias por la fortaleza que nos concedes allí. Ayúdanos a ser humildes y a acercar a otros a Ti. Glorificamos Tu nombre por concedernos un lugar cerca de Ti y con expectación, esperamos ese evento maravilloso que Juan en Apocalipsis llama “Las bodas del Cordero”, que permitirá el encuentro místico entre Cristo y nosotros como Su Iglesia. Te bendecimos por ello. Gracias por todo, en el nombre de Jesús. Amén.”
La fe en acción es amor y el amor en acción es servicio.
La segunda venida de Cristo
Pues, ya que creemos que Jesús murió y resucitó, también creemos que cuando Jesús vuelva, Dios traerá junto con él a los creyentes que hayan muerto. 1 Tesalonicenses 4:14 (NTV)
Algunos de los principios de fe en los que basamos nuestra vida, nuestras actitudes y nuestra esperanza tienen que ver con un pasado maravilloso de acciones de nuestro Creador a favor de nosotros. Otros de la manera como nos guía, conduce, ayuda y enfoca en el presente. Pero también nos conecta con el cumplimiento futuro, que puede ser más cercano de lo que imaginamos, de la promesa de la segunda venida de Cristo. Creemos que el Señor Jesucristo vendrá otra vez; que los que vivamos en el momento de su venida no precederemos a los que durmieron en Cristo Jesús; mas si hemos permanecido en Él, seremos arrebatados con los santos resucitados para reunirnos con el Señor en el aire, y estaremos siempre con Él.
El apóstol Pablo arroja luz a lo que sucederá ese día en que la final trompeta suene. Escribe a los Filipenses en 3:20 y 21 diciendo: “En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, donde vive el Señor Jesucristo; y esperamos con mucho anhelo que él regrese como nuestro Salvador. Él tomará nuestro débil cuerpo mortal y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él. Lo hará valiéndose del mismo poder con el que pondrá todas las cosas bajo su dominio.” Cuando los discípulos vieron que su Maestro, usando una nube, se trasportaba a la altura de los Cielos, su fe y su esperanza parecían desvanecerse, pero la recuperan cuando la promesa de que, de la misma manera regresaría y “todo ojo le verá”.
Oremos, “Padre nuestro celestial, reconocemos que todo lo que nos prometes lo cumples. Con esperanza de un glorioso encuentro esperamos a nuestro Redentor maravilloso, a Tu Hijo Jesucristo. Recordamos con gratitud que para quienes hemos puesto nuestra confianza en Ti, Papito, será un día de gozo, de alegría, de fiesta, de recompensa eterna. Despertar para recibir al Señor en las nubes será nuestro privilegio. Por ello te alabamos en el nombre de Jesús. Amén.”
La fe en acción es amor y el amor en acción es servicio.
ANSIEDAD
ANSIEDAD
LA MISERICORDIA DE DIOS
Dice la Biblia reiteradamente que Dios es grande en misericordia, además de muchos otros atributos el atributo principal de Dios es que es bueno y grande en misericordia. En Lucas 1:78, hablando del nacimiento de Jesús, dice “Porque nuestro Dios en su gran misericordia nos trae de lo alto el sol de un nuevo día”.
¿Por qué hablar de la misericordia? Porque la mayoría de las personas no entienden cuán misericordioso es Dios realmente y es por eso que le tienen miedo, por eso lo evitan, por eso es que se sienten distantes de Él. Cuando logramos entender su misericordia la ansiedad disminuye, la tranquilidad aumenta, el estrés baja y sube nuestra estabilidad. La frustración de nuestra vida disminuye y aumenta la satisfacción y el contentamiento.
¿Qué es la misericordia? Misericordia es perdón inmerecido y bondad no ganada, eso es lo que hace Dios con nosotros, nos perdona inmerecidamente; cuando alguien te perdona y tú no te lo mereces eso es misericordia, cuando alguien te muestra una bondad que no te has ganando eso se llama misericordia y la Biblia dice que Dios quiere que muestres misericordia en tu vida, así como Dios ha mostrado misericordia contigo.
Vas a necesitar misericordia cada momento de tu vida; el aire que respiras es por la misericordia de Dios, el agua que bebemos proviene de la misericordia de Dios, todo lo que tengas para la vida es porque Dios es misericordioso, de hecho, tú no estarías vivo ni habrías nacido si no fuera por la misericordia de Dios. Dios te hizo porque Él quería amarte y quería mostrarte su misericordia y si Él no hubiera querido amarte y mostrarte su misericordia, tu corazón no estaría latiendo ahora mismo y no estarías respirando; todo en tu vida es un regalo de la misericordia de Dios ¿Cuándo se muestra la misericordia de Dios? Se muestra cuando estamos avergonzados por haber fallado, cuando estamos enojados por un fracaso o cuando tenemos miedo de fracasar o miedo a las circunstancias de la vida, es ahí donde la misericordia de Dios se muestra, pero todos los días antes de que tú despiertes, hay una nueva misericordia para ti. Dios es un Dios rico en misericordia y deberíamos aprovechar esa nueva misericordia cada día de nuestra vida.
CELEBRACIÓN

CELEBRACIÓN
Samuel 1:11-12
Conforme al corazón de Dios
Al escuchar las noticias, David y sus hombres rasgaron sus ropas en señal de dolor. Hicieron duelo, lloraron y ayunaron todo el día por Saúl y su hijo Jonatán, también por el ejército del Señor y por la nación de Israel, porque ese día habían muerto a espada. 2 Samuel 1: 11-12
Si supieras que un enemigo que se había opuesto a ti durante años finalmente recibió su merecido, ¿cuál sería tu primer pensamiento? Dudo que sea algo como mostrar bondad a esa persona o a los miembros de su familia. En general, queremos vengarnos de lo que nos han hecho. Si nos golpean, queremos volver a golpear e incluso más duro. Esta es la naturaleza humana.
Pero en la Biblia se nos presenta una historia interesante y retadora acerca del Rey David; este había hecho una promesa a Jonatán, hijo de Saúl, quien quería matarlo, así que él buscaría a los hijos de Jonatán y mostraría misericordia y bondad a sus descendientes, pues David era un hombre de palabra.
Después de que Saúl y Jonatán murieron en la batalla, no había rey sobre Israel. Entonces David debía ser el rey legítimo, pero la batalla continuó entre la casa de David y la casa de Saúl. Saúl tuvo un hijo llamado Is-boset a quien Abner, general de Saúl, hizo rey después de la muerte de Saúl ignorando el hecho de que Dios había escogido a David como sucesor de Saúl. Pero David no quería lidiar con sus enemigos en la forma en que estos lo habían tratado. Él quería perdonarlos pues conocía el poder del perdón. ¿Era David un hombre perfecto? No. ¿Tenía sus defectos? Sí. Pero Dios lo amaba y lo describió como un hombre conforme a Su corazón.
Oremos: “Bendito Padre celestial. Gracias por enseñarnos a través de la vida del Rey David lo que es tener un corazón conforme al tuyo. El perdonar y tener misericordia de aquellos que nos han tratado mal y han buscado perjudicarnos nos hace ser semejantes a Tu Hijo Jesucristo, quien padeció y fue agredido injustamente y decidió perdonar a sus agresores. Forma en nosotros un corazón como el tuyo. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén”.
Confía y ten fe en Dios, y ve con confianza en la dirección de tus sueños.
Salmos 3
Duerme tranquilo
Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el Señor me sostiene. Salmos 3:5
Todos, tarde o temprano, enfrentaremos circunstancias muy difíciles, que nos llenarán de angustia, dolor o tristeza; situaciones en las que estamos por perder la esperanza o sencillamente creemos que no podemos más. El salmo 3 fue escrito por David cuando pasaba uno de los peores momentos de su vida, ya que su hijo Absalón se rebeló contra él reclamando con traición el trono, y muchos se unieron a Absalón, incluso Ahitofel, uno de los consejeros que David más valoraba, también lo traicionó. David salió huyendo de Jerusalén con dolor, vergüenza y confusión; la Biblia describe que llevaba la cabeza cubierta y los pies descalzos en señal de duelo. Una persona, al verlo así, lo maldijo, le arrojo piedras y le dijo que lo que estaba viviendo era de parte de Dios. ¡Esto era como para quitarle el sueño a cualquiera!
En ocasiones no dormimos porque no tenemos dinero para pagar la colegiatura o porque hablaron mal de nosotros, y a veces causas menores nos hacen pasar insomnio; en el caso de David, lo sorprendente del versículo 5 es que él dice, “yo me acosté y dormí” ¿tte puedes imaginar el problemón que David tenía? Seguro su hijo lo quería matar, porque lo único que impedía que Absalón tuviera el trono era que David estuviera vivo, y seguramente los otros hijos de David correrían la misma suerte, y con todo esto David dormía, y la razón que tenía para dormir en paz, era porque Jehová lo sustentaba, lo que significa que Dios alimentaba su paz, alimentaba su esperanza, lo sostenía en medio del temor.
Lo anterior no puedo ser logrado sin la interacción con Dios a través de la oración. David clamó a Dios y sabía que Él lo escuchaba, él tenía confianza, porque ya había experimentado en el pasado cuando clamó a Dios, Él le dio fuerza para vencer leones y osos, lo ayudó a vencer a Goliat, lo sustentó en la cueva de Adulam y lo llevó al trono.
Yo no sé qué problema estés pasando que te esté quitando el sueño, clama a Dios, confía en Él y duérmete tranquilo.
La palabra de Dios es el alimento por el cual la oración es nutrida y hecha fuerte.
NUESTROS ALIADOS









